La Argentina es el primer exportador mundial de caballos de polo

Published on: December 11, 2020

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En un país en el que son contados los sectores que ocupan el podio mundial a la hora de enviar productos al exterior, la Argentina es el principal exportador de caballos de polo. La industria emplea a 400.000 personas de manera directa e indirecta y exporta 3000 ejemplares por año, que representan para el país divisas por US$30 millones. En total, este país cuenta con 3 millones de caballos; es el tercero con más cantidad.

Todas las razas que se producen muestran un incesante crecimiento, si bien representan tan sólo un 2 por ciento del comercio global. Los referentes de esta industria apuestan a intensificar una actividad que genera empleo e ingreso de divisas y a conquistar nuevos mercados. La actividad es valorada para la recuperación económica post pandemia del país y avanza hacia la concreción de una legislación que le dé el marco apropiado que, como primer paso, estaría pronta para sancionarse en la provincia de Buenos Aires.

“La cría de caballos de polo en la Argentina no tiene techo; crece año a año”, afirman desde la Asociación Argentina de Criadores de Caballos de Polo (Aaccp), una de las entidades del dedicada a “fomentar el desarrollo de la crianza de equinos y su mejoramiento, en base a la aptitud” de la raza. De hecho, “hoy en polo, el país es número uno indiscutido en el mundo”, remarcó el titular de la Asociación Argentina de Polo (AAP), Eduardo Novillo Astrada.

Hoy en polo la Argentina es el número uno indiscutido del mundo

El dirigente y ex polista puntualizó que el año pasado “se vendieron al exterior 2970 caballos en pie, por un total de US$28 millones, con Estados Unidos como principal comprador, seguido por el Reino Unido, Chile, Emiratos Árabes, Arabia Saudita y otros 37 destinos. En cifras promedio, se exportan anualmente unos 3000 caballos, por unos US$30 millones”, amplió.

No obstante, la Argentina tiene aún mucho para avanzar, ya que dentro del comercio global, el de caballos “representa un 2 por ciento, mientras que los principales exportadores son países europeos y Estados Unidos. Este último mantiene el 42 por ciento de las importaciones globales”, precisó Enrique Mantilla, titular de la Cámara de Exportadores de la Argentina (Cera). “De los caballos no reproductores, los últimos años las exportaciones eran un 90 por ciento caballos para polo, según nuestra estimación. En 2020 las exportaciones vienen cayendo 55 por ciento respecto a 2019, con datos hasta octubre”, detalló.

Al respecto, Mariana Sánchez, miembro del área Coordinación Equinos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (Magyp), atribuyó a la última pandemia la merma que afecta a las exportaciones de equinos en pie de las distintas razas, porque motivó “la interrupción de las competencias hípicas en todas sus disciplinas, que son el gran impulsor del comercio”, además de la falta de vuelos para exportarlos. “A medida que se dinamicen las actividades deportivas, seguro lo harán también las exportaciones de esos caballos”, conjeturó.

Altos costos

Novillo Astrada, quien preside también la Cámara de la Industria Nacional Equina (Camine) mencionó que el mayor “problema” que enfrentan “son los altísimos costos de traslado para la exportación”, que se realiza en aviones cargueros para conservar la integridad de los caballos, con comida y agua y con la presencia de petiseros y veterinarios.

“El mayor componente es el flete aéreo y la distancia hacia los importadores es una gran desventaja competitiva”, apuntó Mariana Sánchez, y aclaró que, “según indicadores del Instituto de Comercio Internacional (ITC) el país tiene más de 9 mil kilómetros de distancia media a sus puntos de destino, mientras que el Reino Unido presenta 3500 kilómetros. En general, el promedio mundial de distancia entre importadores y exportadores para la exportación de équidos promedia los 3800 kilómetros”.

En cuanto a los costos impositivos, Sánchez señaló que “los equinos, al igual que todos los animales vivos, están alcanzados por el 9 por ciento de derechos de exportación, con un reintegro de exportación del 0,5 por ciento en el caso de equinos reproductores”.

“Para recuperar la competitividad -acotó el presidente de Camine- estamos trabajando con distintos sectores del Gobierno nacional, como Cancillería y Aduana, y también con intendentes y legisladores. Hay que valorar que nos están escuchando y colaborando”, ponderó.

Deporte con sello argentino Deporte con sello argentino Crédito: Pablo Ramírez / Prensa AAP

Novillo Astrada enfatizó además que el sector está en una etapa de “apertura y la Cámara, que reúne a criadores de caballos de polo, salto, carreras, destrezas gauchas, jineteada y equinoterapia, cuenta ahora con personería jurídica, hecho que nos refuerza institucionalmente como productores de caballos y como una industria que en la Argentina mueve más 400 mil puestos de trabajo directos e indirectos y atrae muchas divisas”.

Éste es un sector “que no puede parar, porque tiene una producción programada de tres o cuatro años, y si los caballos no se pueden mostrar se pierde una generación entera”, observó Novillo Astrada, al considerar que “la pandemia de coronavirus fue un golpe durísimo”, si bien el país mantuvo su récord mundial de instalarse “número uno en polo, cuartos en turf, con una raza criolla que crece a ritmo agigantado y reconocidos en salto”, precisó.

También el criador de caballos de polo, Gastón Laulhé, lamentó que en ese contexto la venta se haya derrumbado. “La mayoría somos pyme que hacemos entre diez y veinte productos por año y hemos tenido que achicarnos muchísimo en los servicios que vamos tomando por temporadas”, comentó.

En ese ámbito, el criador de caballos sangre pura de carrera (SPC), Ignacio Pavlovsky, mencionó que “en la Argentina hay 214.000 establecimientos de cría, unos 20.000 nacimientos de caballos por año y se exportan unos 3000, principalmente de polo, que es muy poco”. Por lo tanto, evaluó que “tenemos un potencial enorme”.

Por su parte, Andrés Rosenberg, presidente de la Asociación Argentina de Fomento Equino, sumó a esa iniciativa la necesidad de que haya un “acompañamiento del Estado para trabajar en protocolos sanitarios, en mejorar la logística de fletes y sobre un marco regulatorio que nos ayude a crecer y a insertarnos en un sinnúmero de nuevos mercados”. Al respecto, el senador bonaerense Gervasio Bozzano, del Frente de Todos, destacó que ante la situación del sector, “fuertemente afectado por la pandemia, es necesario que se sancione una ley que promocione la cría de caballos”.

Tanto Rosenberg como Novillo Astrada pusieron el énfasis en que el sector abarca una serie de actividades que también son exportables, “como la práctica de la equinoterapia que se desarrolla en el país y la mano de obra calificada en general, que es muy destacada”.

Crianza y protocolos

En el caso del polo, Sánchez comentó que “por lo general, cuando el potrillo cumple los tres años comienza la etapa de doma; luego el entrenamiento y, si presenta las capacidades esperadas, seguramente le esperen partidos más importantes, para lo cual seguramente compita y se comercialice desde Buenos Aires”.

Acerca de la programación de su crianza, dijo que para esta raza se “puede optar por una amplia gama de tecnologías reproductivas” y que “nuestro país cuenta con un importante desarrollo de técnicas y tecnología en materia reproductiva, como inseminación artificial, clonación y trasplante embrionario, con 54 centros de IATE (acrónimo en inglés de la Terminología Activa para Europa) habilitados, mayoritariamente destinados a caballos de polo y, en menor medida, de salto”.

La especialista recordó que para su exportación “se requiere el cumplimiento de protocolos sanitarios acordados bilateralmente o entre bloques, con la intención de preservar el status sanitario de los países y evitar la transmisión de enfermedades producto del intercambio comercial. Para ello, el animal debe cumplir con un período de aislamiento, diferentes pruebas diagnósticas y tratamiento, que resultan variables de acuerdo al país destino de los mismos”.

Torneos

El 23 por ciento de los équidos de la Argentina están en la provincia de Buenos Aires. Según los últimos datos reportados por las entidades de registro “aproximadamente el 55 por ciento del total de haras se encuentran en la provincia de Buenos Aires, seguida por Córdoba con un 10 por ciento aproximado, y junto a Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Tucumán, suman el 80 por ciento de los haras del país”, pormenorizó la ingeniera zootecnista Mariana Sánchez.

Los principales partidos y campeonatos se organizan en las localidades de Pilar, Luján, General Rodríguez, Exaltación de la Cruz, Cañuelas y Lobos. La explicación es territorial, ya que son zonas rurales, muy cercanas entre sí, y cerca de Palermo, donde se disputa la final del principal campeonato del deporte. “Una congregación permite jugar más partidos reduciendo costos, aunque éste “es un deporte que se va desarrollando cada vez con mayor auge en las zonas de periurbanas de las principales ciudades de todo el país”.

Los últimos siete certámenes que se reabrieron entre noviembre pasado y diciembre, fueron: el Abierto de Tortugas; Copa Pilar; Clasificación para Palermo y Abierto de Hurlingham; Copa Cámara de Diputados (que finaliza el 17); el Argentino Abierto y el Argentino Abierto Femenino (hasta el 19/12). Aún resta que se realicen competencias típicas del circuito de alto handicap..
Por: Nieves Guerrero Lozano

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